Análisis iPad Pro 10,5" (2017), pura ambición creativa
Me regalaron mi primer ordenador con nueve años. Y no era nada raro: la gente ya conocía aquellos aparatos, que más bien les parecían un televisor con teclado. Una máquina de escribir conectada a una pantalla, realmente. Ya sabéis, es el extraño efecto de convertir en familiar lo desconocido, cuando no terminamos de entender algo, o de ver sus posibilidades.
Aquella máquina era fantástica: iba más allá de lo que muchos pensaban que podían hacer, no era simplemente una forma de jugar a videojuegos como las insistentes consolas que ya se vendían en grandes almacenes como bocados de futuro - los ordenadores permitían desarrollar la imaginación y convertirse en herramientas de creación: nuestras propias aplicaciones y juegos, que más adelante se expandirían al mundo de la música y el vídeo. Sólo comenzábamos a ver las posibilidades.
La ambición de las creaciones está dando lugar a dispositivos que no existían en esta forma hace diez años
Ahora, estamos en el otro extremo de aquel punto equidistante y excéntrico. Cuando la informática nos descubrió los ordenadores, sólo eran máquinas con potencial, fríos objetos que se forzaban y se retorcían al límite para dar como resultado la creación de alguna mente que pensaba diferente. Hoy, las creaciones y los creadores son los que mandan, quienes mueven el mundo - tanto que están dando lugar no sólo a productos de la imaginación, sino a nuevas herramientas que a su vez proponen nuevos retos. Hoy analizaremos un iPad Pro creado por creadores, diseñado para imaginar y quizás, para inaugurar una nueva tendencia en la tecnología: la abstracción de ella.
Un recorrido por el contexto
El iPad nació como herramienta pero como cualquiera de ellas, necesitó cierto recorrido para ganar valor en la experiencia. Durante los primeros años, la tableta de Apple fue considerada un gran lienzo sobre el que utilizar aplicaciones - y aunque en su orientación inicial la creación de contenidos estaba presente, no era la parte que mejor representaba aquella generación. El 27 de Enero de 2010 Steve Jobs nos presentó una idea que las demacradas tabletas de la época padecían casi como una enfermedad endémica: la terrible dependencia de un sistema operativo de escritorio que retenía como prisioneros a los usuarios de estos dispositivos.
Quizás el apellido "Pro" en el iPad signifique más "Productividad" que "Profesional": la creatividad no entiende de profesiones
Si la tecnología estaba preparada para estos dispositivos, el sistema operativo debería evolucionar, comenzar como concepto en el otro extremo - el más alejado al escritorio, el pensado para liderar una nueva época de herramientas concebidas expresamente para la movilidad y el mundo táctil. Y sus posibilidades - las reales, no las de aquellas pantallas que sólo servían para pulsar botones virtuales.
El iPad Pro es un concepto interesante, con un apellido evocador: aquí quizás “Pro” tenga más un significado de “Productividad”, que de “Profesional” (que es un término demasiado amplio, y engloba demasiadas concepciones e ideas preconcebidas). Para ello, Apple nos ofrece una máquina con lo mejor en todo lo que se puede encontrar en el mercado de las tabletas: el mejor diseño, los mejores materiales, la mejor pantalla y - muy importante - la mejor experiencia de usuario - por la que este año van a apostar muy fuerte con iOS 11.
Este iPad Pro de 10,5” comienza a desmarcase de la cotidianidad del iPad tradicional: tiene menos bordes, reduciendo la envergadura sin comprometer un tamaño de pantalla mayor, el peso por debajo de los 500 gramos y una potencia que intersecciona eficaz y afortunadamente con los ordenadores de la propia compañía. Y hay dos lecturas interesantes aquí: la primera de ellas es que Apple está preparando una nueva generación de procesadores propios, y eso es muy bueno. El control de la compañía por el binomio hardware + software dará lugar a un rendimiento mejor que el actual, aprovechando y rindiendo al máximo en un espacio de trabajo diseñado de principio a fin.
La segunda lectura es que las tabletas ya no son el objeto secundario con órbita geoestacionaria de nuestros ordenadores. Son herramientas que especializan la creación y el trabajo con ciertos contenidos - y que si es nuestra actividad principal, puede sustituirlos porque hacen lo mismo que hacíamos en ellos, pero mejor. Creo que las palabras de Apple para definir este nuevo modelo, son más apropiadas que nunca “Imagina hacerlo todo mejor”.
Un diseño contenido
El nuevo iPad Pro con bordes más delgados y más pantalla aprovecha al máximo la envergadura del diseño
La apariencia del nuevo iPad no es contundentemente distinta a lo que conocemos: mismos materiales, aunque los ligeros cambios en el diseño que he comentado antes nos alejan un poco del tradicional aspecto con bordes casi idénticos de la tableta. Como en cualquier modelo de iPad, las grandes novedades están en en su interior: en la parte oculta de esta ventana al mundo digital que es el iPad. Los colores siguen los tradicionales gris espacial, oro y plata, aunque el iPad Pro de 10,5” es el único de esta familia que cuenta con el diseño en oro rosa.
La capacidad se ha ampliado desde generaciones anteriores, empezando en 64 GB, con modelos de 256 GB y 512 GB - idénticas para ambos tamaños de pantalla, que es lo único que diferencia al 10,5” del 12,9” en términos de diseño físico (si no tenemos en cuenta que no hay modelo grande en oro rosa). El modelo de entrada con 64 GB empieza en unos atractivos 729€, nada mal para la potencia y las posibilidades del dispositivo - mejor aún si nuestro día a día nos permite sustituirlo por nuestro ordenador habitual.
A la pantalla - el corazón y el alma del producto - voy a dedicarle un apartado especial a continuación, pero cabe mencionar antes la mejora en las cámaras que integra este nuevo iPad Pro: las mismas que tiene el iPhone 7 (12 Mpx para la trasera, que cuenta con flash Led y 7 Mpx para la cámara FaceTime), estabilización óptica y grabación de vídeo 4K incluida.
La importancia de la fotografía en el iPad Pro es interesante: aunque no sea la mejor forma de hacer fotos, sí podemos utilizarlo para ello y está al nivel del último iPhone lanzado al mercado hoy en día. Lástima que no se haya añadido la opción del genial “Modo Retrato”, que en esta pantalla hubiera quedado espectacular. En cualquier caso, utilizar las nuevas cámaras para escanear documentos, o como visor de la Realidad Ampliada que vendrá con iOS 11, es una muy buena idea - y nos prepara para lo que está por venir.
La pantalla es la protagonista con ProMotion
La joya de la corona del nuevo iPad Pro no sólo mejora lo que conocíamos en modelos anteriores de la gama, también sienta un nuevo estándar en cuanto a calidad de lo que tenemos en los Mac: todo eso tiene un nombre, se llama ProMotion y es algo que merece la pena ver en directo. Esta tecnología nos trae una pantalla que utiliza una frecuencia de refresco de 120Hz, consiguiendo una fluidez y una facilidad de lectura que potencia la experiencia de usuario mucho más allá de lo que habíamos visto antes.
La nueva pantalla con ProMotion es la joya de la corona: mejora cualquier otra pantalla que hayamos visto
La frecuencia de refresco no es sólo importante para que el movimiento de la interfaz o la lectura sea mejor, también ayuda a que el tiempo de respuesta entre el Pencil y ella sea prácticamente inmediato, dando una sensación completamente natural cuando lo utilizamos en el nuevo Pro. Este cambio en la pantalla no es el único, se aumenta el brillo a 600 nits y cuenta con una pantalla con muchos menos reflejos (índice 1,8% de reflectividad) - lo que se traduce en un diseño pensado para sacar al exterior y poder trabajar fuera de casa, estudios u oficinas.
Un punto importante de la pantalla ProMotion es que adapta la velocidad de refresco de forma inteligente al contenido que estemos reproduciendo. Esto es, para ver películas no necesitamos una tasa de refresco tan alta, por lo que el sistema operativo la baja y adapta al contenido. Así, el dispositivo contiene el uso de la batería y mejora también la eficiencia energética - coordinando el hardware con el software y las aplicaciones gracias a iOS. Para imágenes estáticas, por ejemplo, el sistema baja hasta los 24Hz, ahorrando aún más energía.
Por descontado, la ampliación del espacio de color al estándar P3, y las características de la tecnología TrueTone para mimetizar la luz ambiental hacen que estemos ante probablemente la mejor pantalla que hayamos visto en un dispositivo móvil - aunque no tenga tanta resolución como algunas de la competencia: 2224 x 1668 píxeles a 264 puntos por pulgada en el modelo de 10,5” y 2732 x 2048 píxeles a 264 puntos por pulgada en el modelo de 12,9”.
Apple va en serio con sus procesadores: A10X Fusion
Apple quiere crear sus propios procesadores: el chip A10X Fusion demuestra que ya están preparados
Uno de los movimientos más interesantes de Apple en los últimos años está siendo su sigiloso posicionamiento para crear sus propios procesadores. Es la pieza que les faltaba para cerrar el círculo de un ecosistema contenido entre hardware y software, ideando un sistema pensado de principio a fin para sus productos. En ordenadores, ya hemos vivido dos transiciones: pasamos de los procesadores Motorola a PowerPC, de PowerPC a Intel, y sin duda la próxima será de Intel a sus AXXX. El rendimiento está alcanzando cotas increíbles no sólo en el consumo por vatio - piedra angular por el que dejaron atrás los PowerPC - en la fantástica miniaturización no sólo en arquitectura, también en ensamblaje dentro de cada producto - que de momento, no necesita sistemas de refrigeración.
No estamos tan lejos de ver a nuestros amados Mac con esta nueva generación de procesadores, que también dará lugar a una nueva generación de ordenadores: la interacción y el feedback de lo que Apple ha aprendido con iOS durante todos estos años va a dar lugar a un futuro interesantísimo para ambas plataformas, pero sobre todo, para el ecosistema en su conjunto.
En el iPad, este nuevo “sistema en chip” A10X Fusion significa llevar potencia de auténtica máquina de gama alta de escritorio, en un formato que podemos sostener con una mano. Este nivel de ampliación de potencia y reducción de tamaño, por si mismo, pone encima de la mesa nuevos límites y posibilidades a un dispositivo que hace las cosas mejor que los ordenadores tradicionales. Aunque los tests sintéticos no son la mejor forma de medir la eficiencia de un dispositivos, los números que nos da Geekbench 4.0 impresionan y nos ponen en contexto:
La idea de contar con esta potente arquitectura y diseño de procesadores en un dispositivo de este tamaño y calidad de construcción es de por si toda una definición de intenciones de lo que Apple quiere que pensemos como “Pro-ductividad”. Poder ser capaces de contar un mismo producto con toda la potencia para hacer mejor lo que ya hacíamos antes bien. Estos números sorprenden todavía más si los ponemos al lado de los últimos tests que hemos publicado:
Si ordenamos los datos por el rendimiento multi-core, vemos que sólo se queda por detrás del MacBook Pro de 15” de finales de 2016, superando al MacBook Pro de 13” (ojo, ¡que montaba un i7!), del MacBook que hace unos días analizó Eduardo, del iPhone 7 Plus y del iPad Pro de 12,9” del año pasado. Todo un ejercicio de fuerza para una Apple que cada vez cuenta con más inercia en el ámbito de los procesadores, y está casi a punto para dar el gran salto hacia la tercera transición.
El chip A10X Fusion es un 30% más rápido que la CPU de la generación anterior, un 40% mas rápido en gráficos - básico para gestión de la pantalla ProMotion y las aplicaciones de vídeo con alta demanda de potencia, pero también es uno de los procesadores que mejor han sabido gestionar el consumo de batería de estos últimos modelos, superando con creces las 10 horas teóricas que Apple nos dice. Dependerá mucho del consumo de la pantalla ProMotion y de nuestro flujo de trabajo diario, pero fácilmente podremos llegar a trabajar con él 12 o 13 horas sin cargarlo. Este, es otro de los grandes puntos a favor de los nuevos modelos.
nueva-funda-de-piel-para-ipad-pro
En esta ocasión Apple no ha renovado ni el Pencil ni el Smart Keyboard (sólo ajustando el tamaño de este último a las nuevas pulgadas del 10,5”), pero si que ofrece por primera vez una funda para almacenar el iPad Pro y el Pencil, a la vez. Con un formato sobre, el iPad es fácilmente extraíble de su interior de microfibra, incluso aunque tengamos el Smart Keyboard anclado en él. El Pencil queda perfectamente sujeto a la funda, ningún movimiento normal puede desencajarlo del hueco destinado a él. Fabricado en piel, y disponible en cuatro colores, este nuevo accesorio - como siempre, de mucha calidad - será uno de los favoritos de quienes llevan de forma inseparable el conjunto al completo.
iOS 11, el año del iPad
Aunque Apple vende actualmente esta nueva generación de iPad Pro con iOS 10, el auténtico potencial se desatará con iOS 11 - una revisión del sistema operativo por fin pensada para potenciar en exclusiva las características propias del iPad, y no ser una adaptación sin más de lo que tenemos para iPhone. Este año, y sin duda gracias a la tremenda apuesta hacia estos Pro, iOS se convierte en un concentrador de lo que ya hace años veníamos pidiendo para el iPad: características propias de ordenador de escritorio reinterpreatadas para la metáfora de una interfaz multitáctil.
iOS 11 potencia los detalles que mejoran la experiencia de uso en un iPad, como ninguna versión lo ha hecho antes
Un dock que se adapta a las aplicaciones que más usamos, para no tener que perdernos por hojas de escritorios llenas de aplicaciones, y que por fin sirve como lanzadera hacia una multitarea más útil. Arrastrar y soltar por fin está disponible en iOS, y será un cambio importante para todas aquellas aplicaciones que lo implementen - además pensado de forma bastante intuitiva y funcionando con objetos de diferentes tipos: textos, imágenes, vídeos…
Destaca también la integración del Pencil como herramienta dentro de todo el sistema operativo - mención especial en Notas y Mail - así como la nueva forma de capturar y anotar pantallazos. El disponer por fin de un repositorio de archivos (adaptado a los tiempos del Cloud) es también uno de los puntos fuertes: las aplicaciones ya no tendrán como rehenes los archivos que utilizan, sino que podrán usar los de Files. Algo así imaginé hace seis años como una interpretación del sistema de ficheros para iOS, alejado de las carpetas del sistema, centrado en los contenidos - que es lo que realmente nos interesa como consumidores.
El giro hacia la productividad creativa
Lo que habitualmente conocíamos como iPad, se ha dividido en dos: el iPad de consumidor, y el iPad Pro para generar contenidos que demandan más máquina y más posibilidades - como utilizar el Pencil como herramienta de precisión. Acompañando a esta nueva super carga de características, contamos con los mismos fantásticos cuatro altavoces que los modelos del año anterior, su increíble portabilidad, la capacidad para utilizar accesorios mediante el Smart Connector (como teclados o estaciones de carga por contacto) y cada uno de los detalles que han sido llevados al extremo para fabricar una tableta en el que no se compromete nada.
No hay que elegir entre Mac y iPad: todo depende para qué los utilicemos como herramientas
El uso que demos a ella depende de nosotros. Responder a la pregunta de si puede sustituir a un portátil, puede dar lugar a conclusiones equivocadas: las aplicaciones cada día son más completas y más potentes, alejadas de la tradicional "versión móvil" y pensadas para las posibilidades de una máquina que no está atada a una mesa. No tenemos un Photoshop "completo", pero hay un Affinty Photo, espectacular para controlar con el Pencil y la pantalla multitáctil, por poner un ejemplo. Siempre dependiendo de con qué aplicaciones vivamos nuestro día a día, contamos con un dispositivo extraordinario que potencia la creatividad y la productividad, y no es que pueda hacer lo mismo que un portátil, es que lo que puede hacer, lo hace mucho mejor.
Elegir un iPad Pro es apostar por tener una herramienta creativa para los contenidos y la vida en movimiento de hoy en día: mucha potencia, en un dispositivo casi imposible por el tamaño y la comodidad de uso, con una calidad de construcción y materiales que van muy por delante de la competencia. La elección entre una pantalla de 10,5” y la de 12,9”, en mi opinión, debería centrarse en pensar si necesitamos un lienzo más grande o queremos que sea más fácil transportarlo. Sobre si elegir un iPad o un iPad Pro, piensa en su uso: Si lo utilizas ocasionalmente para consumir contenidos, compra un iPad. Si quieres crear y producir casi a diario, y utilizas las apps que destacan en la tableta de Apple, invierte en un iPad Pro. Cuando tenía nueve años, el mundo tendía a simplificar la informática.
Hoy contamos con una herramienta cuya capacidad creativa ha modelado un dispositivo que parece minimizar la tecnología y dejar los focos para lo que podemos hacer con ella. Este iPad Pro es el comienzo de un recorrido que mejorará lo que podíamos hacer, nos descubrirá nuevas posibilidades y dejará de hacernos pensar que las tabletas de hoy son sólo máquinas de escribir conectadas a televisores, como cuando comenzó todo. Un dispositivo con ambición infinita que nos ofrece lo imposible como herramienta a nuestra imaginación.
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La noticia Análisis iPad Pro 10,5" (2017), pura ambición creativa fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
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