¿Ha perdido Apple su Visión de Futuro sin Steve Jobs?
Hoy podemos leer en Forbes un interesante artículo escrito por Bob Herbold, quien fue jefe de operaciones de Microsoft desde 1994 hasta 2001. Él es ahora el director general del grupo Herbold y autor del libro “What´s Holding You Back? Ten Bold Steps That Define Gutsy Leaders”.
¿Apple ha perdido “su magia”?
El mes pasado, cuando Down Jones Industrial Average sobrepasó su máximo de 2007 de 14,165, llegando a 14,254, Apple ese mismo día cayó un 0,5% en bolsa, quedándose en 429$ por acción, una caída del 39% respecto al año anterior.
Los magos de las acciones estaban absolutamente desconcertados por la caída de Apple desde su pico de 700$ por acción. De hecho, el día que comentaba anteriormente, los analistas del mercado seguían siendo positivos con comprar acciones de Apple. De los analistas que siguen a Apple, 29 eran de la opinión de “comprar fuerte”, 4 decían sólo “comprar” y 6 recomendaban esperar.
El problema de los analistas financieros es que ven todos los datos y sólo los datos. El hecho es que las finanzas no son el único ingrediente que influe en el precio de una acción. El ingrediente crítico, además de las grandes finanzas, es una creencia genuina de que haya un liderazgo visionario que dará lugar a un flujo continuo de productos de vanguardia y servicios.
En Apple, Steve Jobs fue el visionario líder supremo. Recibió sus credenciales a partir del iPod y luego fue subiendo y subiendo con los exitosos lanzamientos del iPhone y el iPad. El público sabía que este hombre llevaría a la empresa a niveles todavía inimaginables. Otra persona que se puede comparar a Jobs en este tipo de industria es Paul Jacobs, de Qualcomm. Esta compañía contínua generando chips de vanguardia críticos para la capacidad de crecimiento de los smartphones actuales.
Un líder no tiene porque ser un mago de la tecnología. Por ejemplo, hablemos de Lou Gerstner. Puso en marcha una estrategia en IBM simple pero poderosa con el eslogan: “IBM ayudará a resolver los retos empresariales relacionados con las TI de nuestros clientes”, lo cual fue una gran noticia para las empresas saber que IBM iba a centrarse principalmente en los servicios. La empresa se puso a ello con mucho entusiasmo y tuvo mucho éxito. A Lou le siguió Sam Palmisano, un tipo sin muchos conocimientos técnicos que no continuó el impulso de los servicios, pero que puso en marcha un importante esfuerzo muy exitoso para aumentar el software como un componente importante de los negocios de IBM. En la década de los 80, ¿quién hubiera imaginado que en 2013 IBM sería el gigante que es hoy?.
¿Qué podemos aprender de todo esto? Creo que está bastante claro:
1. Se necesita un líder visionario, no un administrador. El líder tiene que ser un paranoico de la creación de ofertas principales que sean más emocionantes e impactantes para sus clientes. Suena fácil, pero hacerlo con claridad y velocidad es absolutamente necesario. Hay que evitar cualquier tipo de burocracia que pueda diluir el impacto de los esfuerzos de la compañía o disminuir el mismo a un ritmo lento.
2. Es necesario una gran implicación personal. El líder tiene que involucrarse personalmente hasta en el más mínimo detalle. La visión y el carácter distintivo pueden estar basados en el núcleo tecnológico más puro o pueden estar relacionados con la mejora de la experiencia del cliente. Lou Gerstner es un ejemplo de implicación personal. Pasó la mayor parte de sus primeros tres meses en la empresa simplemente hablando con los clientes acerca de los desafíos en sus tecnologías de la información, pero cuando acabó y puso en marcha su visión de cómo ofrecer estos servicios, sus empleados y el público sabían que este hombre conocía a sus clientes y estaba decidido a ayudarlos. Así mismo, Steve Jobs dirigió personalmente la conceptualización y desarrollo de los productos de vanguardia pero fáciles de usar de Apple, característica que les llevó a ser un gran éxito.
3. Debe tener las agallas necesarias para liderar. El líder tiene que salir al frente y tomar una posición para llevar a sus “tropas”, así como a los seguidores y clientes externos. Paul Jacobs de Qualcomm hace un buen trabajo en este aspecto. Si lo sigues muy de cerca te das cuenta de que no sólo es un asistente de tecnología, tiene nervios de acero y sabe lo que quiere lograr. Él no es un genio tecnológico, pero es un tipo carismático, con mucha confianza en sí mismo y con un historial más que probado.
Apple podría sorprendernos en los próximos seis a nueve meses con alguna gran idea para los países emergentes (iPhone Low Cost). Por otro lado, parece que el mercado de valores nos está diciendo que el público está empezando a creer que Apple realmente ya no tiene un fuerte liderazgo visionario. Apple será una empresa de tecnología sólida, pero la era de Apple podría estar a punto de llegar a su fin.
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