Nueva idea para colonizar el espacio: enviar nuestro ADN, y autoensamblarnos una vez que lleguemos al destino
Enviar astronautas a otros planetas es extremadamente caro, e ineficiente, teniendo en cuenta que resulta mucho más práctico y menos peligroso enviar robots que exploren el lugar por nosotros. ¿Desde cuando nadie ha regresado a la Luna? Pero imaginemos que tenemos la urgencia de empezar a colonizar otros mundos. En 2002, el antropólogo John H. Moore estimó que una población de 150-180 individuos permitiría la reproducción normal de 60-80 generaciones (equivalente a 2000 años). ¿Cómo enviar a tanta gente a un planeta remoto, con todo lo necesario para sobrevivir durante el viaje y asentarse en el nuevo mundo? En este terreno especulativo, las ideas pertenecen a las novelas de ciencia ficción, pero hay expertos que intentan buscar planteamientos novedosos al problema. Uno de ellos, Adam Stelzner , ingeniero principal del rover Curiosity del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, junto al biólogo de la Universidad de Harvard Gary Ruvkun , han planteado el envío de bacterias que